A finales de 2008, Japón se vio atacado desde varios frentes, aunque los dardos emanaban de la misma fuente: la UNICEF. Sus peticiones, cada vez más fuertes, respecto al contenido del animé y manga, llegaron incluso a debatirse en un congreso mundial sobre explotación sexual de niños y adolescentes. Para la UNICEF, el animé y el manga están envenenando al mundo y Japón no está haciendo nada para controlarlo.
Nuevamente, la embajadora de la UNICEF para Japón, la china Agnes Chan, apareció en el escenario, acompañada en esta ocasión por una petición de 114.624 firmas, que demuestran que están insatisfechos con las leyes que Japón tiene contra la pornografía infantil. En la petición se establece que la UNICEF debería revisar esas leyes junto al gobierno japonés y que el castigo debe hacerse extensivo a aquellos que posean material sobre niños imaginarios (refiriéndose al lolicon o shotacon), proponiendo 3 años de carcel para quienes se encuentren en posesión de este tipo de manga.
Fuente: La Ventana de Saouri
No hay comentarios:
Publicar un comentario